Descripción
La toxina botulínica se aplica de forma ambulatoria con pequeñas inyecciones en los músculos motores de la mandíbula. Esto reduce sus contracciones involuntarias, pero sin afectar en absoluto a la capacidad de masticar.
Se denomina bruxismo al apretar los dientes de forma involuntaria. Se trata de un desorden funcional muy frecuente que puede tener efectos nocivos sobre otros aspectos de nuestra salud, como dolor de cabeza, insomnio, dolor dental, muscular y de oído, depresión, problemas dentales y de masticación, etc
La toxina botulínica ha demostrado gran eficacia en el tratamiento de las distonías (cervicales, oromandibulares, faciales, etc.), el estrabismo, las migrañas o la sudoración excesiva en axilas, pies o manos, entre otras. Una de las dolencias que más recientemente se han beneficiado del bótox es el bruxismo.